Saliendo de la ciudad capital de San Luis, tomamos la R. N. 147 rumbo noroeste, luego de transitar unos 120 km., sobre nuestra margen izquierda llegamos a la entrada del Parque Nacional Las Quijadas.
Dicho Parque fue creado en 1991, a los efectos de proteger ejemplares de monte y chaco
oriental y de conservar yacimientos arqueológicos y paleontológicos.
Este tesoro natural, habitado antiguamente por los Huarpes, se puede visitar durante todo el año, aunque las temperaturas extremas del verano hacen que el paseo sea más dificultoso y agotador.
También hay que tener en cuenta que ni en el parque, ni en la ruta de acceso hay servicios, por lo cual es conveniente llevar provisiones y agua potable.
Si su intención es hacer una visita corta, simplemente basta con desviarse unos pocos kilómetros para llegar a los miradores. Un escenario rojizo de fondo, formado por acantilados y altares de diversas alturas contiene al Potrero de la Aguada. Sentado en algunas de las rocas o al borde de los acantilados uno puede quedarse horas observando el paisaje. En un estado de paz, la sensación que produce es única, nuestras retinas no se cansarán de deslumbrarse y de retener este manto de tonos cálidos. No en vano el cineasta Adolfo Aristarain eligió este escenario para rodar junto a la actuación de Federico Luppi la película «Un lugar en el Mundo».
En cambio si su intención es más activa, aprovechando una jornada larga, podemos bajar al valle. De ser así, es necesario tener en cuenta una serie de recomendaciones. Avise al guarda parque y contrate el servicio de un guía local. Ya que es muy fácil perderse entre los laberintos naturales y evitaremos así, erosionar el terreno, perjudicando el entorno natural, lastimando arbustos pequeños y distintos restos fósiles, como reptiles voladores. Al bajar nos encontraremos con el Potrero de la Aguada y más al oeste con el río Desaguadero alimentando algunos espejos temporarios (solo en épocas de lluvia), formando el complejo de lagunas de Guanacache.
Dentro de las especies que habitan en este terreno árido y seco se encuentran pumas, gatos monteses, zorros grises, maras, aves pequeñas, ñandúes, halconcitos grises, cóndores y lagartijas, entre otros.
El origen de su nombre es medio confuso. Pues si uno mira en un mapa las sierras tienen la forma de un maxilar animal. Pero cuando se lo bautizó con este nombre las imágenes aéreas no existían. Por otro lado a fines del siglo XIX las carretas que viajaban de Buenos Aires a San Juan eran asaltadas por bandidos rurales y estos se refugiaban en los laberintos de las sierras.
El alimento principal de estos cuatreros era el ganado vacuno y dice la leyenda que lo primero que se comían eran las quijadas. Los carteles de captura con recompensa sobre estos bandoleros eras anunciados con el nombre de «Gauchos de las Quijadas».
Fuente: welcomeargentina